Es imposible que no conozcas lo que es la salsa de soja o el sillao. Es la salsa más popular de origen asiático. En otros paises esta salsa de soja china se la conoce como salsa de soya, sillao o shoyu en japonés. Es un condimento que en los últimos años ha conseguido revolucionar la cocina de todo el mundo. Porque la salsa de soja ya no es solamente un básico en la cocina asiática, si no también en la cocina occidental. ¿Quires saber más acerca de la salsa de soja y sus variedades? Quédate y sigue leyendo.
Origen de la salsa de soja
Los ingredientes principales de la salsa de soja, son los granos de soja, los cereales (trigo o cebada), agua y sal.
Esta antigua receta tiene origen en China hace unos 2500 años. Desde allí se extendió por todo el continente. Por lo tanto la convierte en uno de los condimentos más antiguos del mundo. Con el tiempo, se propagó a otros países en la cocina japonesa, asiática, Filipina, Malasia, Indonesia… De la soja principal y original salieron diferentes tipos de salsa de soja repartido por todo el mundo que te contamos a continuación.
Tipos de Salsa de Soja o Sillao
Tanto en la cocina japonesa, china y sobre todo en Tailandia las salsas y la soja son algo diario, te enseñamos los tipos de sillao «salsa de soja» más comunes.
- Salsa de soja clásica: es la más común de todas ellas y podemos encontrarla en formato de 150 ml o bien en formato de 1 litro o de 500 ml, prueba la soja de trigo.
- Salsa de soja clara: o conocida también como “suave” o “usukuchi”, es una salsa más fluida, de sabor más salado y que se utiliza para condimentar platos como el pescado, la verdura o las sopas, evitando en todo momento oscurecer cualquiera de estos platos.
- Salsa de soja oscura: es de sabor más fuerte y color más oscuro (a veces espesado con caramelo). Es la más utilizada.
- Salsa de soja “baja en sal”: uno de los ingredientes esenciales de este tipo de salsas es la sal, un condimento del que no debemos abusar y controlar en nuestra alimentación. Para aquellas personas que deben llevar un régimen estricto sobre este condimento pero que desean poder condimentar sus platos con esta variedad de salsa pueden probar la salsa de soja kikkoman.
- Salsa de soja “sin gluten”: al igual que la baja en sal también existen salsas de soja sin gluten. Apta para todos aquellos celiacos.
- Salsa de soja dulce: se trata de la versión más dulce de la salsa de soja oscura.
- Salsa de soja para sushi.
Algunos tipos de sillao para los más valientes se recomienda probar la soja hidrolizada y la soja shoyu.
¿Qué beneficios tiene la salsa de soya?
La soja tiene un alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados, el proceso de fermentación es importante pero más importante son sus beneficios que aportan para el cerebro, el corazón y los vasos sanguíneos. Su riqueza en fibra tiene un efecto positivo en la digestión. Además, la soja contiene aminoácidos esenciales que no pueden ser producidos por el cuerpo humano pero que son necesarios.
¿Qué propiedades tiene la salsa de soya?
Las salsa de soja clásica tiene, por cada 100 g, unas 53 calorías. Casi no tiene grasas, además de ser rica en sodio y potasio a diferencia de la salsa de soja japonesa o cualquier otra.
¿Cuál es el sabor de la salsa de soya?
Se dice que una salsa de soja con un proceso de fermentación equilibra puede disponer de los cinco sabores: salado, dulce, amargo, agrio y umami.
Como hacer salsa de soja en casa
Preparar salsa de soja casera puede ser un proceso laborioso, pero es una forma interesante de experimentar con este ingrediente tan versátil. Aunque el proceso tradicional incluye fermentación y requiere meses, aquí tienes una receta simplificada para obtener un resultado similar.
Ingredientes
- 1 taza de granos de soja secos.
- 1/2 taza de harina de trigo.
- 1 litro de agua.
- 1/4 taza de sal marina.
Preparación paso a paso:
Preparar los granos de soja: Lava los granos de soja y remójalos en agua durante 12 horas para que se hidraten. Una vez listos, cocínalos en agua hasta que estén suaves.
Crear la base: Tritura los granos cocidos con la harina de trigo hasta formar una masa homogénea. Este paso es clave, ya que la mezcla será la base de la fermentación.
Fermentación inicial: Divide la masa en pequeñas porciones y dales forma de bolitas o bloques. Colócalos en una bandeja limpia y déjalos secar en un lugar cálido durante una semana, permitiendo que se desarrollen las esporas necesarias para la fermentación.
Fermentación en salmuera: En un recipiente de vidrio o cerámica, disuelve la sal en el litro de agua y añade las bolitas o bloques fermentados. Tapa el recipiente con una gasa para evitar la entrada de polvo, pero permitiendo la circulación de aire. Deja que la mezcla fermente durante 3 a 6 meses en un lugar fresco y sombreado, removiendo ocasionalmente.
Filtrar la salsa: Pasado el tiempo de fermentación, filtra la mezcla utilizando una tela fina o un colador para extraer únicamente el líquido. Este será tu salsa de soja casera.
Conservación: Vierte la salsa en un recipiente hermético y guárdala en la nevera. Puede durar hasta varios meses si se conserva correctamente.
Consejos adicionales:
- La fermentación es clave para desarrollar el sabor umami característico, así que ten paciencia y asegúrate de que el entorno sea limpio.
- Si quieres una salsa más oscura y espesa, puedes añadir una pequeña cantidad de melaza o azúcar al final del proceso.
¿Qué tiene la salsa de soja?
La salsa de soja se elabora a partir de cuatro ingredientes básicos: granos de soja, trigo, sal y agua. Estos ingredientes pasan por un proceso de fermentación natural que puede durar varios meses, donde se desarrollan los sabores característicos umami, salados y ligeramente dulces de la salsa. Este método tradicional, empleado por marcas como Kikkoman, asegura un perfil de sabor equilibrado. Es importante destacar que el proceso de selección de los ingredientes influye directamente en la calidad final, lo que convierte a la salsa de soja en un condimento esencial en muchas cocinas alrededor del mundo.
¿Qué diferencia hay entre salsa de soja y soya?
Aunque los términos «soja» y «soya» se utilizan indistintamente en español, ambos hacen referencia al mismo producto. La diferencia radica en el uso regional de la palabra: «soya» es más común en América Latina, mientras que «soja» se prefiere en España. En términos de sabor y calidad, no hay variaciones si se está hablando del mismo tipo de salsa (clara u oscura). Sin embargo, dentro de las salsas de soja, existen distintas variedades que pueden incluir ingredientes adicionales, como hongos o mirin, para complementar ciertos platos.
¿Qué tan saludable es la salsa de soja?
La salsa de soja es una opción saludable cuando se consume con moderación. Es baja en grasas saturadas y rica en ácidos grasos esenciales, lo que la convierte en un condimento adecuado para dietas equilibradas. También es una fuente de proteínas vegetales y contiene micronutrientes importantes como hierro, calcio, zinc, y vitaminas del grupo B. Sin embargo, debido a su alto contenido en sodio, es recomendable optar por versiones reducidas en sal si buscas controlar tu ingesta de sodio. Este condimento no solo realza el sabor de los alimentos, sino que aporta un perfil nutricional interesante dentro de una dieta variada.
¿Qué es mejor, sal o salsa de soja?
La salsa de soja puede ser una alternativa más saludable a la sal, ya que además de sodio, aporta otros nutrientes y un sabor más complejo gracias al umami. Usar salsa de soja en lugar de sal puede mejorar la percepción del sabor en los alimentos sin necesidad de añadir grandes cantidades. Además, su capacidad para aportar profundidad a los platos hace que sea una opción más versátil y útil en diversas preparaciones, desde marinados hasta aderezos.
¿Dónde se echa la salsa de soja?
La salsa de soja es extremadamente versátil y se utiliza como condimento en una amplia variedad de preparaciones. Es ideal para sazonar platos salteados, sopas, marinados y salsas para mojar. En la cocina asiática, es imprescindible para recetas como el yakisoba, ramen y sushi, pero también se ha adaptado a otras cocinas como un potenciador de sabor. Además, se puede usar como base para aderezos o como un ingrediente clave en marinados para carnes, pescado o tofu, aportando un sabor umami que enriquece cualquier preparación.